La ley de juegos y sorteos que sanciona la operación de casinos en México data de 1947
por lo que los formatos de juego electrónicos
no existían al momento de su redacción.
Durante el mandato del presidente Fox el
secretario de gobernación Santiago Creel
hizo un reglamento al vapor que le permitió otorgar los permisos de
salas de juego para bingos y apuestas deportivas -a cambio de apoyos para su candidatura presidencial- que luego evolucionaron en los
casinos que tenemos actualmente. En ese reglamento se prohibían expresamente
las máquinas tragamonedas y los juegos de mesa –ruleta, dados, póker,
blackjack- con una redacción tan ambigua
que bien pronto los empresarios del juego encontraron la manera de poner
aparatos a funcionar con el pretexto de que eran juegos de habilidad o “sorteos
de números”. Así como máquinas de póker y ruleta electrónicas que en la
práctica son juegos de mesa en video.
De esta manera los lugares de juego en México a pesar de las prohibiciones
ya eran casinos en toda forma, y con los mismos pretextos de juegos de
habilidad empezaron a proliferar tragamonedas para niños y adolescentes en
tienditas en la periferia de las ciudades.
Antes de finalizar su mandato el presidente Calderón emite
una reforma a la ley de sorteos que parece encaminada a poner orden en esta
situación, de ahora en adelante solo los casinos que cuenten con la
autorización de la Secretaría de Gobernación podrán tener en sus
establecimientos máquinas tragamonedas porque la nueva redacción excluye los
recovecos en la ley con la que se podía amparar la operación de éstas en
cualquier parte.
Actualmente, 29
empresas cuentan con permisos de este tipo, y los principales operadores son
Grupo Caliente, la cadena Yak y Play City, filial de Televisa; los cuales son
los grandes ganadores con la adecuación de la ley mientras que los grandes
perdedores serán los casinos amparados que de ejecutarse la ley correctamente
perderían el mayor atractivo de sus establecimientos.
Otra reforma relevante es que los permisos para casinos
"en ningún caso" podrán amparar a múltiples establecimientos, sino
que se concederá un permiso por cada local, lo que va en sentido contrario a la
práctica de que un solo permiso ha servido para abrir hasta 60 o más casinos en cualquier
parte del País.
Diario oficial de la federación
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