Antes de la publicación del libro “Jugar sin Límites”;
tuve la oportunidad de conocer a una persona que afirmaba ser “técnico de
máquinas” en un casino. Básicamente su trabajo consistía en ajustar la
programación de las tragamonedas para
que en un periodo de tiempo determinado dieran mayor o menor cantidad de
premios. Es decir el porcentaje de retorno de una máquina podía variar de uno bajo a uno mas alto o viceversa. Esa programación variaba a lo largo del día, pero a criterio del
gerente se podía manipular para animar a los jugadores si notaba que el interés
de seguir apostando decaía. También afirmaba que la programación de premios del
bingo electrónico se hacía directamente desde las oficinas centrales del grupo;
y que a los jugadores nuevos se les daba una tarjeta programada para que
obtuvieran premios en sus primeras visitas, y se “convencieran” de lo fácil que
era ganar apostado dinero.
Esa información es congruente con lo que refieren
algunos de los apostadores más experimentados; pero me había negado a creerlo
pensando que eran fantasías. No tengo manera de corroborar esto, ni de saber si
es una práctica generalizada en los casinos o correspondía a las de un negocio
en particular. Pero como los datos me fueron dados en el contexto de un retiro
espiritual, me inclino a pensar que son verdaderos.
Adendo.- La comisión de juego de Nevada permite a los gerentes cambiar el porcentaje de retorno de las máquinas atendiendo a ciertas reglas (hay que apagar la máquina y cambiar el chip). En México de acuerdo al artículo 9 de la ley de juegos y sorteos de la Secretaría de Gobernación las tragamonedas están prohibidas, aunque luego se contradicen diciendo que en ciertos casos están permitidas. El caso es que no hay reglas establecidas sobre como deben funcionar ni a la programación a la que obedecen, así que el casino puede hacer con ellas lo que quiera.
Adendo.- La comisión de juego de Nevada permite a los gerentes cambiar el porcentaje de retorno de las máquinas atendiendo a ciertas reglas (hay que apagar la máquina y cambiar el chip). En México de acuerdo al artículo 9 de la ley de juegos y sorteos de la Secretaría de Gobernación las tragamonedas están prohibidas, aunque luego se contradicen diciendo que en ciertos casos están permitidas. El caso es que no hay reglas establecidas sobre como deben funcionar ni a la programación a la que obedecen, así que el casino puede hacer con ellas lo que quiera.
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