Me había convertido en alguien que funcionaba para servir,
proteger, estimular, perdonar y amar a una
persona que no sabía corresponderme. Araceli
En la práctica clínica encontramos ocasionalmente el caso
de jugadores compulsivos que enfrentan el problema por mucho tiempo y han
establecido con su compañero; compañera o familiar, una dinámica que se conoce
como codependencia. Con éste término se entiende una relación disfuncional que
se da entre la persona que manifiesta la condición y otra emocionalmente
cercana que le facilita de alguna manera la expresión de su conducta. Se puede
decir que el codependiente tiene una inclinación a ayudar a otras personas
debido a que “necesita que lo necesiten”; muchos ludópatas encuentran en sus
parejas el soporte necesario para continuar con su adicción; les “dan permiso”,
les ayudan a conseguir recursos, y les buscan justificación. En casos extremos
un codependiente es uno de los principales obstáculos para que el jugador
busque ayuda, porque entonces dejaría de ser “el salvador”.
No estamos diciendo que
automáticamente la pareja de un ludópata sea codependiente, pero hay quien
entra a terapia después de más de diez años de conducta adictiva y sus esposas
o esposos todavía encuentran excusas para ellos.
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