El paciente ludópata requiere un tipo especial de tratamiento en el que se le de atención sin hacerle sentirse juzgado; la sensibilidad del terapeuta a veces puede ser más importante que la técnica en sí.
Marco Garza www.ludopaterapia.com contacto candianim@yahoo.com

jueves, 15 de noviembre de 2012

Tragamonedas y manipulación de la conducta.


 Al poco tiempo que dejé de jugar se me vinieron unos dolores de espalda insoportables y me tuvieron que operar, el doctor dijo que era una lesión que ya tenía tiempo y que no sabía como había podido aguantar sin tratamiento. Luego me explicaron que la dopamina que genera el juego me mantenía anestesiada y no sentía nada, pero eso hizo que el problema se agravara más. Rocío. 

Los fabricantes de máquinas esperan  que la tentación de los grandes premios que ofrecen las tragamonedas pueden atraer clientes;  pero la capacidad de estos aparatos para enganchar tan profundamente  a la corteza cerebral de un jugador se deriva de uno de los mecanismos de retroalimentación más poderosas para el ser humano. Los psicólogos conductuales lo llaman “programa de recompensa variable”, para poner un ejemplo de como funciona basta con  observar a los niños cuyos padres constantemente les dan muestras de afecto así que éstos  tienden a hacer poco por obtener esa atención ya que dan por hecho  que siempre va a estar allí; en cambio los que saben que nunca serán recompensados por sus padres dejan de buscar cariño después de un tiempo, pero los que son recompensados ​​de forma intermitente – de la misma forma que una máquina tragamonedas te premia-  muy comúnmente persiguen los resultados positivos con una tenacidad sorprendente.
Nuestro cerebro funciona de esa manera, el problema es que la naturaleza no nos proporciona la habilidad para evitar que el mismo mecanismo se establezca entre el jugador y la máquina. Desde este punto de vista  las tragamonedas están brillantemente diseñadas porque las personas que crean estas máquinas están utilizando todas las técnicas de comportamiento para aumentar la probabilidad de que la conducta de juego vuelva a ocurrir. Adicionalmente a la expectativa de un premio que no sabemos cuando va a llegar las tragamonedas  nos dan refuerzos de segundo orden en forma de luces y sonidos que nos mantienen constantemente estimulados. También podemos ver como las máquinas son fabricadas  para que los símbolos ganadores caigan cerca de la línea de pago y así convencernos de que el gran premio está cerca de llegar. No hay otra forma de juego que manipule  la mente humana de manera tan evidente y poderosa  como lo hacen estos aparatos, es por eso que es la forma de juegos de azar más adictiva y potencialmente peligrosa.

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