No me
quedó de otra que darle el beneficio de la duda a mis familiares que me decían
que no estaba bien. En el fondo ya lo sabía, pero siempre pensé que podía salir
sola. Las primeras semanas fueron durísimas pero cuando pasaron los meses entendí todo lo que me había pasado y me di
cuenta que por mi personalidad siempre
voy a correr el riesgo de recaer en la adicción al juego. Eugenia
La adicción al juego puede tener algo en común con
deficiencias cerebrales; ambas condiciones pueden dificultar la toma de
decisiones y la capacidad de determinar las consecuencias de las acciones, de
acuerdo con los resultados de un estudio llevado a cabo en el Instituto Raúl Carrea de Investigaciones
Neurológicas, en Buenos Aires, Argentina.
Las conclusiones preliminares indican que es posible que la adicción a los juegos de
azar esté asociada con alteraciones en la corteza pre-frontal del cerebro,
afectando la capacidad de los jugadores para evaluar las futuras consecuencias antes de actuar.
Para las personas afectadas de Ludopatía el juego se convierte en un problema crónico,
caracterizado por dificultades en el
trabajo, en casa, en las relaciones, y con el dinero. Si se comprueba que
cierto tipo de jugadores compulsivos tiene algún tipo de daño cerebral, existen
claras implicaciones acerca de la terapia más adecuada para tratarlos, la cual incluiría medicamentos específicos junto con
aproximaciones más tradicionales.
En el estudio 11
personas con adicción al juego y 10
personas sin un hábito de juego tomaron varias pruebas mentales. Las pruebas estaban enfocadas en las "funciones ejecutivas" de los
participantes, incluyendo la toma de decisiones, la atención y el control de
impulsos. Las personas con una adicción al juego tenían significativamente
mayor porcentaje de "decisiones desfavorables" en las tareas propuestas,
también cometieron más errores de control de impulsos que los no jugadores.
Los errores y las malas elecciones son similares a las
realizadas por las personas con problemas en la corteza pre-frontal del cerebro,
dicen los investigadores. Asimismo señalan
que esta no es la primera investigación en sugerir una posible relación entre la
adicción a los juegos de azar y problemas cerebrales. Los cerebros de los
participantes no fueron escaneados o vigilados, por lo que no está claro lo que
pasaba durante las pruebas. El pequeño tamaño del estudio significa que hay que
ampliar las investigaciones en esta dirección.
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