Gracias a que la mesa final era televisada, no ha sido difícil «traducir» las señas de estos jugadores. Cuando se tocaban la parte superior de la cabeza llevaban un as, a medida que la mano iba a una zona más baja del cuerpo significaba que las cartas eran peores. La frente correspondía al rey, el ojo era una reina, la nariz una jota, la boca un diez, etcétera. Si se rascaban un brazo es que llevaban una pareja baja.
Al saber el juego del otro no apostaban en contra de la mano ganadora para conservar sus recursos e ir eliminando al resto de los participantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario